Wednesday, November 9, 2011

Un bar con ron y puros traídos de Cuba al lado de la Casa Blanca

Fuente: BBC








La escena habría podido provocar una redada policial en cualquier otro lugar de Estados Unidos: decenas de personas fumando puros Cohibas y bebiendo mojitos hechos con Havana Club.

Pero los sospechosos, muchos de ellos políticos estadounidenses y diplomáticos destacados en Washington, no estaban violando el embargo. Fueron invitados este jueves por la "Embajada cubana" en EE.UU. a la inauguración del Bar Hemingway.

El bar está a unos veinte minutos a pie de la Casa Blanca, dentro de la "Embajada", que debido a la ausencia de relaciones formales es conocida como Sección de Intereses Cubanos.

No estará abierto al público y sólo podrán consumir en él -de forma gratuita- los invitados.

Pero al parecer, muchos estadounidenses querrían tener ese privilegio. "Desde que la información se filtró a la prensa en agosto no ha parado de llamar gente a nuestra puerta para preguntar si algún día podrían probar nuestro ron y habanos", le asegura a BBC Mundo Juan Lamigueiro León, vicejefe de la Misión Diplomática.

La idea de dedicar un bar al escritor estadounidense Ernest Hemingway, que vivió 21 años en Cuba, surgió durante una remodelación del salón donde los diplomáticos cubanos celebran sus recepciones.

"El salón se parecía al palacio de Versalles", explica Lamigueiro. "Era muy poco cubano".

"Así que decidimos convertir el almacén anexo en un bar dedicado a Hemingway".

Personaje común

Las paredes de la sala están decoradas con fotos de Hemingway en Cuba. En algunas de ellas, el Premio Nobel aparece junto a Fidel Castro, a quien conoció en 1960, tras el triunfo de la revolución.

Poco después, Hemingway regresaría a EE.UU. para someterse a tratamiento médico y acabaría suicidándose en 1961.


Con el tiempo se convertiría en un símbolo cubano más. Dos bares que solía frecuentar el escritor, el Floridita y la Bodeguita del Medio, son hoy dos de los mayores atractivos turísticos de la Habana Vieja.

Su casa en las afueras de La Habana, Finca Vigía, es un museo que alberga miles de sus cartas, manuscritos y otros documentos.

A quienes promueven su figura como puente entre Cuba y EE.UU. les gusta decir que Hemingway se sentía cubano y estadounidense.

Y en ocasiones como las de este jueves, el legendario escritor les permite a cubanos y estadounidenses reunirse para que, tomando un mojito y fumando un habano, hablen de un personaje común.

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